Vivir con Jesús es lo mejor que nos puede pasar, es por ello que en este tiempo de
Invasión nos esforzamos para que todas las
personas puedan experimentar el amor del
Señor. Vivir con Jesús nos abre la entrada al
cielo, a la vida eterna, y aquí, en la tierra, nos permite gozar de una calidad de vida abundante. Veamos tres historias acerca de los
discípulos que muestran cómo opera el Señor
en Sus hijos frente a diferentes situaciones:
Historia 1: Cuando no hay fruto (Lucas
5:4-6).
Simón y su equipo estaban frustrados,
habían pescado toda una noche sin ningún
resultado, hasta que se encontraron con el Señor. Tal vez te esforzaste por algo, pero no obtuviste los resultados esperados, y entonces
la frustración apareció. Jesús le dijo a Simón:
“boga mar adentro”. Involucrate más con Dios
y vas a ver una cosecha realmente increíble.
Todo lo que sembraste durante toda tu vida
podrás cosecharlo ahora y tal vez todo junto.
Historia 2: Cuando todo nos sale mal.
(Marcos 6:48-51).
Muchas veces sentimos que nadamos contra la corriente. Nos esforzamos
por alguien o por un sueño, y no vemos ningún
resultado. Sin embargo, cuando le hacemos
saber a Jesús de nuestra realidad, Él sube a
nuestra barca, y el viento se calma, de manera
que todo se vuelve mucho más sencillo.
Historia 3: Cuando aparecen los problemas repentinos (Marcos 4:37-41).
Hay momentos en que los problemas aparecen tan
repentinamente como una tormenta, pero si
acudimos a Jesús confiados y sólidos en la fe,
Su respuesta será inmediata.
No importa cuál sea la tormenta que tengamos que atravesar, ¡tomados de la mano de
Jesús siempre llegamos a puerto!