DEVOCIONAL: 71 días de Conquista

Día 29 - Domingo

LA MIES ES MUCHA 

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”.
Mateo 9:36-38
Cuando un creyente se pone en movimiento, y sale a orar y predicar por las necesidades de la gente, suele chocarse con un mundo lleno de carencias y sufrimiento. De golpe se da cuenta de que lo que consideraba problemas agobiantes son en verdad pequeños en comparación con las necesidades de los demás. Jesús tuvo una experiencia similar cuando salió a recorrer las ciudades y aldeas. Cuando Él vio tantas personas con necesidades insatisfechas, tuvo compasión de ellas e inmediatamente les presentó el problema a Sus discípulos: mucha gente necesitaba ser salvada y había pocos obreros para predicar. Para resolver esta situación les ordenó que rogaran al Señor de la mies que envíe obreros a Su mies. La urgencia en el corazón de Dios no es solamente porque hay multitudes que siguen en condenación, sino porque esa mies ya está lista para la cosecha. Él mismo dijo: “Mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”, y cuando la cosecha está lista debe ser levantada para que el tiempo de la cosecha no se pase. El corazón de Dios se pone feliz por cada persona que asume el llamado de compartir el Evangelio con otros. Su deseo es que ninguno se pierda, pero los obreros son muy pocos. ¡Qué maravilloso que con Invasión haya tantas personas dispuestas a sumarse al ejército de Dios!
En estos días en que miles de obreros salen a la calle a recoger la cosecha estamos haciendo feliz al Señor. Sé que verás muy buen fruto en tu ciudad, porque la mies es mucha y los campos ya están blancos.

Oración

Señor, te bendigo por Tu corazón tan compasivo por nosotros. Gracias por permitirme ser parte de esa movida extraordinaria que es alcanzar a este mundo con el Evangelio. Ayudame a hacerlo con eficacia y a levantar una gran cosecha que se afirme en la iglesia. En el nombre de Jesús, amén.

Sugerencia Práctica

Hoy llevamos más gente nueva a la iglesia. ¡Aleluya!
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