Cuando se desata un conflicto, tu firmeza y tu fe activan las bendiciones de Dios
preparadas para los que perseveran. Aquellos que creen en las promesas de Dios, descansan en Su fidelidad y mantienen firme su
fe en Jesucristo, verán victorias muy poderosas. ¡Todas las cosas ayudan a bien a aquellos que han sostenido su fe y esperanza hasta el final!
Cuando Jesús supo que Pedro pasaría
por conflictos, oró para que su fe no falte,
porque sabía que después de superado el
problema él tendría tal peso espiritual que
podría ayudar a sus hermanos a mantenerse
firmes.
Una clave espiritual para vivir una vida
victoriosa en medio de un conflicto, es que
mantengas firme tu fe sabiendo que el trono
del Señor es eterno, que nada escapa de Su
autoridad y que Él mismo nos dio maravillosas promesas de protección y de victoria.
Las promesas sobre las cuales se basa
nuestra fe son seguras, porque fiel
es el que las dio.
Cuando aparece esa situación que no
nos gusta, que no esperábamos, debemos saber que una vez superada la prueba, no vamos a ser los mismos. Estaremos mejor, con
un mayor peso de gloria, con una fe más sólida y con el testimonio de una gran victoria,
o estaremos derrotados y con menos fuerza.
Si nos mantenemos firmes en la fe, en el versículo 37 la Palabra nos asegura que “somos
más que vencedores por medio de aquél que
nos amó”.