Vos y yo tenemos la unción de Jesús, y esa unción del Espíritu Santo nos fue dada para equiparnos y extender con poder sobrenatural el Reino de Dios. Los propósitos de esa unción son descriptos en la Biblia y fueron leídos personalmente por Jesús en la sinagoga.
Lucas 4:18-19 dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”.
• La unción nos capacita para dar buenas nuevas a los pobres, a aquellas personas carentes de recursos y a quienes tienen falta de intimidad con Dios. Al primer grupo les anunciaremos que Dios los sacará de la pobreza, y a los otros les declararemos con certeza que hay mucho más para saciar esa hambre de recibir más del cielo.
• La unción sanará también a los quebrantados de corazón, a quienes fueron heridos en su alma y sus emociones, a los que fueron defraudados, a toda persona que esté atada a una adicción, a los oprimidos por la depresión, las deudas y toda ligadura que no les permite ser libres y tener así intimidad con Dios.
• La unción nos permite predicar las buenas noticias del Evangelio con el respaldo sobrenatural del Espíritu Santo.
Activá esa unción y pedile al Espíritu Santo que te respalde en forma especial en estos días de evangelismo; ¡te aseguro que verás frutos sobrenaturales!