El poder de atar y desatar es consecuencia de la autoridad que hemos recibido, por eso, todo lo que decimos en el nombre de Jesús tiene influencia en el mundo espiritual; cada vez que declaramos una palabra, esta se establece. Nuestras declaraciones tienen legalidad en el mundo espiritual y esto produce resultados.
Un reino se establece cuando otro reino es echado. Por eso, durante estos días, especialmente mañana sábado, en la toma de territorios estaremos estableciendo autoridad y decretos, leyéndolos al mundo espiritual para que el enemigo conozca nuestra decisión de expulsarlo del territorio a fin de que se establezca en nuestra tierra el Reino de los cielos. Y ese poder no solamente lo debemos utilizar en el ministerio, sino también en nuestra vida espiritual. Los hijos de Dios tenemos autoridad para establecer decretos sobre nuestros hijos, nuestros nietos, nuestro cónyuge, nuestra familia, en el nombre de Jesús.
La autoridad que nos fue delegada nos habilita a decretar la bendición de Dios en todas las áreas de nuestras vidas (en las finanzas, en la salud, en las emociones, en la familia) y quitar de allí el poder del diablo.
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”.
Proverbios 18:21