¿Qué es un consolidador? En esta palabra podemos observar el ejemplo de Ananías
cuando consolidó, afirmó y ayudó a que el
apóstol Pablo, llamado Saulo, diera sus primeros pasos. El Señor le dice: “levántate y
ve”, lo llama y le ordena que se levante para
que vaya a una dirección exacta y precisa.
Cuando se refiere a consolidar, el Señor nos dice: “vayan, prediquen, hagan discípulos, bautícenlos en el Nombre de Jesús”.
Hay un llamado a Su Iglesia a consolidar, a
que Sus discípulos salgan y le prediquen a
toda criatura. Necesitamos sentir ese llamado en nuestro corazón; pongamos las manos
en los enfermos, en los ciegos, testificamos
La Palabra de Verdad. Pablo se movía con el
poder sobrenatural del Espíritu Santo. Caminemos con la autoridad delegada, bajo la
autoridad de nuestro líder, de nuestro pastor, de nuestra iglesia. Tomemos el ejemplo
del centurión: él era jefe de los soldados, sin embargo estaba esperando en sujeción a un
desconocido que venía con la autoridad de
Dios. Este hombre esperaba a que Jesús pasara, sabía que Su autoridad y poder traerían
el milagro a su casa.
Es importante también que tengamos los
datos completos y claros. Jesús lo envió a Ananías con un objetivo, con un plan de acción (v.
17). Ananías, como buen consolidador, tenía
en claro su misión, su objetivo, su propósito:
que los ciegan vieran, que los enfermos recibieran sanidad, que los cautivos fueran libres.
Hagamos la tarea motivados, porque fue Dios
quien nos eligió para llevarla a cabo.