Semana de Santificación

LA CENA DEL SEÑOR

“Jesús les dijo: —¡Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte!”
Lucas 22:15
¿Qué pasó la noche de la última cena de Jesús con sus discípulos? Jesús estaba esperando esa cena  para disfrutar sus últimos momentos con ellos, de tal manera que se dedicó a prepararlo con anterioridad, buscando un lugar amplio y arreglado para la ocasión. Él tenía muchas cosas más para enseñarles, y quizás de la manera más importante.

El versículo 19 Jesús les encomienda una tarea clave de la SANTIFICACIÓN: "Hagan esto en memoria de mí."

No es casual que en relato de Lucas, sólo lo dice cuando les comparte el pan. Me imagino a Jesús diciéndoles, en otras palabras de las que expresa el mismo Lucas, el mensaje más relevante para que sus discípulos se mantengan unidos a Él: "Muchachos", esto es mi cuerpo. Todo lo que hagan en el cuerpo, todo lo que vivan en el mundo en el que están, ¡Háganlo en mi memoria!"
¡Cuán diferentes fueran todo si cada cosa que sucede en nuestras vidas fuere en memoria de Él!
Todo lo que hagas, hazlo en memoria de Él!
Todo lo que digas, dilo en memoria de Él!
Todo lo que pienses, piénsalo en Su memoria!
¿No sería mucho más sencillo mantenernos alejados del pecado?

ACTO PROFÉTICO

Hoy tomaremos la Cena del Señor. Prepara el pan y el vino, y vamos a compartir la cena en memoria de Él haciendo las siguientes declaraciones:

Lucas 22:19

“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.”

Oración de Santificación #1

Cuando comemos el pan, símbolo de su cuerpo, le estamos diciendo: “Señor; yo me alimento de Ti; de cómo actuabas, de cómo tratabas a los demás. Hoy como más de tu carácter, como más de lo que me falta de ti. Recibo de tu mirada, de cómo  veías a la gente y te compadecías de ella. ¡Como de tu mirada y la santifico en mí! Lléname de tu manera de pensar; renueva el espíritu de mi mente para derribar todo argumento y toda altivez en mi mente. Dame tus pensamientos.

Así como tu mente estaba en el Padre siempre, en El Reino de Dios presente, nunca negativo, y siempre mirando en lo sobrenatural. ¡Como de tus pensamientos y los santifico! Dame tu caminar. Quiero seguir tus pasos; caminar como Tú lo hacías. Avanzar junto a mis discípulos, con paciencia  como tú lo hacías. Aún  cuando te fallaban y te defraudaban, caminando hacia la enseñanza siempre! ¡Me lleno de tu caminar y lo santifico en mí! Como de tu vocabulario. Que tus palabras estén siempre y de continuo en mi boca. Quiero llenarme de lo que Tú transmitías, de las palabras que usabas cuando hablabas con los demás.
¡Como de tu hablar y lo santifico!

Cuando participo del pan estoy recordando que tengo que DAR TESTIMONIO DE ÉL actuando como El lo hacía.
¡NECESITO SANTIFICARME!

Lucas 22:20

“De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”

Oración de Santificación #2

Al beber de la copa, estamos aplicando La Sangre de Jesucristo para purificación: Purifico mi ministerio: Tengo que crecer en Él. Declaro que tu sangre me libera de lo natural, de lo carnal; quitando todo egoísmo, orgullo, celos, altivez, etc. etc.

Purifico mi tiempo de intimidad con el Señor: No haré oraciones sin sentido sólo por compromiso ni rutinarias, sino que esos momentos sean un cara a cara con Dios, llenos de sinceridad y pasión por Su Presencia.

Purifico mi relación  con mis hermanos: Me Santifico de todo desacuerdo que se haya provocado tanto por nosotros como por Satanás, y me desarraigo de todo lo que trajo distanciamiento e incomodidad. Me lleno de Cristo verlo a Él en mis hermanos y amarlos y comprenderlos.

Purifico mi carácter: No permitiré que mi temperamento tome control de mi espíritu. Me santifico para trabajar en cada una de mis debilidades para saber controlarlas ¡Y superarlas! Y voy a trabajar en mis fortalezas para que en toda situación que tenga que pasar, siempre se refleje el carácter de Cristo en mí.

Purifico mi adoración: Santifico mi adoración y la consagro por completo a Ti. No quiero vivir una adoración carnal, sino convertirme en un verdadero adorador, en espíritu y en verdad. No quiero alimentarme ni satisfacer mis deseos de sentirme bien a través de la adoración que solo mereces Tú, sino que trabajaré para cada día llegar más  al trono de Dios.


En el Nombre de Jesús declaro con esta cena que Tú sellas en mí TODO lo que en Tu Palabra me has enseñado. Que se cumpla el diseño de Dios en mí a través de Cristo. Viviré cada día de mi vida EN MEMORIA DE TI!!! ¡Amén!
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