Desde el comienzo de la creación,
Dios establece parámetros claros. Dios presenta sólo dos opciones, varón y mujer. Tal vez para la sociedad existen otras opciones que a su juicio parecen
naturales, pero para Dios no.
En Génesis 1:28 dijo: "y los bendijo...".
La bendición no existe si hay desobediencia. En los mandamientos de Dios están los valores y el respeto. Hay desobediencia cuando se tienen relaciones sexuales antes y/o fuera del matrimonio. No están dentro de los planes de Dios. Y Dios no puede bendecirlo.
La sociedad actual lo que vende es perversión
en el área sexual, incita al pueblo con propagandas,
programas promiscuos, enseñanzas incorrectas como
si todo fuera bueno. En Sodoma y Gomorra no hubo
arrepentimiento ni quien clamara al Señor (Génesis 18).
Era tanta la acusación que había contra esas ciudades por la maldad en el orden sexual que subió el clamor a los oídos de Dios, y Dios destruyó Sodoma y Gomorra. El Señor establece parámetros para que nos conduzcamos correctamente, recta y sanamente.
Colosenses 3:5 dice "Hagan morir la fornicación,
las impurezas, las pasiones desordenadas,
los malos deseos..."
‘Fornicación’ es todo tipo de pecado sexual, como por ejemplo la pornografía. Debemos
hacer morir los pensamientos impuros y renunciar a
toda programación que afecte nuestra santidad sexual.
“Hoy Señor, vengo a pedir perdón
por todos los pecados sexuales míos
de mi familia, y de mi Nación. Me arrepiento
y te pido que no destruyas nuestra nación.
Te pido perdón por todos los pecados sexuales personales y de mi familia. Me arrepiento
por los pecados en mis pensamientos,
por los ojos, por los labios y en el corazón.
Confieso mis pecados determinando
apartarme de ellos. Haz una obra nueva en mi vida.
Santifico mi vida a través de Tu Palabra
en Isaías que dice que nuestros pecados serán
perdonados y lavados con la sangre de Jesucristo. ¡Amén!”
Pídele al Espíritu Santo que revele cada pecado que necesites confesar. ¡Sé libre de todo pecado que oprime tu vida!
Santiago 5:16 nvi
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.