Muchos servidores se desaniman por
los problemas y situaciones que les acontecen.
Jonás, aunque fue un siervo de Dios enviado
a predicar, fue desobediente y tuvo q pasar por
un montón de vicisitudes al no cumplir su llamado (Jonás 2:1-3).
Muchos hombres y mujeres de Dios no han podido alcanzar la bendición de Dios porque no han recibido la revelación
del llamado a servir: el llamado a dar.
¿Qué lo llevó a Jonás a desobedecer?
a) No quería salir del Conformismo y la Comodidad.
b) Rebeldía: fue en la dirección contraria, a su manera.
c) Egoísmo y orgullo. Nada le importó los demás.
d) Orgullo: no fue sincero con Dios.
e) Quejas y enojos: lo llevaron a desaliento y fracaso.
¡Dios nos llama a servir! A tu familia,
en tu trabajo, a tu prójimo, en el ministerio,
en las casas de paz, etc. Dios te hace un llamado
y es irrevocable. Cuanto más nos resistamos,
más se tardará la bendición que Él tiene para nosotros.
“Señor, quizás he estado mucho tiempo
cómodo en una silla, mirándote de lejos.
Me rebelé y empecé a descender. Hoy te pido perdón como Jonás, de todo corazón. Reconozco ante ti que he pecado haciendo mi propia voluntad y no la tuya.
Confieso que he dejado que se manche
mi corazón, arranco de mi vida el conformismo,
la comodidad, la rebeldía, el egoísmo, el orgullo,
las quejas, los enojos, el desaliento y el fracaso.
Decido dirigirme en la dirección que Tú me muestres. Hoy decido SANTIFICAR MI SERVICIO,
decido ser un dador de vida y servir donde Tú
me pongas y donde Tú me envíes. Amén."
HOY predícale a alguien de Cristo mostrándole su amor. Contale tu testimonio de cómo llegaste
a Cristo y cómo Dios trajo transformación
y bendición sobre tu vida, tu casa y tu familia.