Desde los comienzos el Señor ha ido marcando el camino de la visión a seguir con palabras claves y concretas. Recibimos visitas de hombres y mujeres de Dios a los que el Señor usó para marcar nuestro Ministerio con Palabra de Dios. Éstas hablaban de un Río que no dejaba de correr e inundaba otros lugares, que seríamos punta de lanza, que una unción de paternidad estaba sobre nosotros, que éramos una brújula que guiaría el camino de muchos y que cada uno de lo que entren en ése río ejercería el ministerio de la reconciliación con Dios a través de sus dones.
Despertaríamos en las personas una pasión por Dios, que cada uno entienda el verdadero evangelio, lo que hacemos no lo hacemos para ganar Su aprobación sino porque somos apasionados por Su presencia y Su Gloria.
Esta Palabra no ha caducado, el Señor se encarga de recordárnosla en cada oportunidad.